El anís se usa en confitería para la producción de galletas, pasteles, bizcochos, tortas de aceite, dulces de navidad, tartas, etc. Entre los productos más conocidos para los que se utiliza el anís en su elaboración están: el pan alemán, pasteles de navidad austriacos, pastelillos de café centroeuropeos, galletas italianas, tartas de manzana y un sinfín de productos de sabor dulce, incluyendo por supuesto la fabricación de caramelos.
Es muy popular como aromatizante en la fabricación de bebidas y licores anisados en los países mediterráneos. El aceite de anís es utilizado en farmacia para aromatizar jarabes y pastillas.
Destaca sus propiedades como expectorante y carminativo, los cuales mejoran la digestión, auxilian a expulsar gases y mejoran el tono estomacal, garantizando una mejor digestión. Es recomendado durante la etapa de la lactancia y para regular el ciclo menstrual.
El anís se recomienda en casos de falta de apetito, espasmos gastrointestinales, exceso de gases (meteorismo), problemas de mal aliento (halitosis), catarro y otros problemas de las vías respiratorias.